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Condenado a ocho años y medio de cárcel el falsificador de billetes de Beniaján

Juan Pedro G. tenía una cualificación alta en artes gráficas y conocimientos avanzados sobre software y hardware específico de esta materia La Audiencia Provincial de Murcia ha condenado a Juan Pedro G.  como autor responsable […]

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Juan Pedro G. tenía una cualificación alta en artes gráficas y conocimientos avanzados sobre software y hardware específico de esta materia

La Audiencia Provincial de Murcia ha condenado a Juan Pedro G.  como autor responsable de un delito de falsificación de moneda y de otro de tenencia de útiles, materiales, instrumentos específicamente destinados a la comisión por particular de un delito de falsedad en documento oficial, con la concurrencia de la circunstancia modificativa de la responsabilidad personal atenuante de dilaciones indebidas, a la pena de ocho años de prisión e inhabilitación especial para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena, y multa de 8.300.000 euros -por el primer delito- y a seis meses de prisión e inhabilitación por el tiempo de la condena y multa de 1.080 euros, por el segundo delito. Además, deberá pagar las costas.

Por último, el tribunal le absuelve del delito continuado de falsedad en documento oficial, al aplicarse distinto tipo penal, sin pronunciamiento en relación con las costas de este delito.

El tribunal considera probado que el procesado, desde “al menos” el mes de agosto de 2003 y hasta el 27 de mayo de 2007, se venía dedicando a la fabricación y distribución de billetes falsos de 50 euros. Para ello, seguía un complejo proceso de elaboración que comenzaba con un análisis exhaustivo de las medidas de seguridad existentes en los billetes legítimos mediante el uso de máquinas de detección de billetes falsos y de lámparas de luz ultravioleta. Asimismo, con la máquina utilizada en artes gráficas para la fabricación de troqueles y planchas de polímero, fabricaba los troqueles de dicho material con los que simulaba el holograma del billete de 50 euros y las partes correspondiente a la impresión calcográfica en relieve del mismo billete. Y con la máquina de termoimpresión y prensadora, a la que unía los troqueles descritos según el caso, los adhería a cada billete.

El acusado tenía una cualificación alta en artes gráficas y conocimientos avanzados sobre software y hardware específico de esta materia, así como de las tintas, productos químicos, maquinaria y condiciones ambientales necesarias para la fabricación de papel moneda, desarrollando esta actividad en el sótano de las oficinas que utilizaba, ubicadas en una nave familiar de la localidad de Beniaján, y en su domicilio de la capital murciana.

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