El Gobierno de Mariano Rajoy ha acordado destituir al Gobierno catalán de Carles Puigdemont, disolver el «Parlament» regional y convocar elecciones autonómicas el 21 de diciembre, iniciando así con dureza la inédita intervención de la autonomía en Cataluña aprobada horas antes en el Senado.
Las medidas, anunciadas por el propio Rajoy tras una reunión de su Consejo de Ministros en Madrid, fueron más allá de lo previsto por la inesperada convocatoria de elecciones en diciembre, un paso pensado inicialmente para un plazo máximo de seis meses en el plan original del Gobierno.
Además de la destitución del «Govern» y la convocatoria a las urnas, Madrid aprobó disolver las delegaciones del Gobierno catalán en el extranjero (excepto la de Bruselas) y diversos organismos autonómicos. También acordó el cese de los delegados del «Govern» en Madrid y Bruselas y del director de la Policía autonómica catalana.
El inédito anuncio de Rajoy llegó horas después de que el «Parlament» en Barcelona aprobara una resolución para instaurar una «república independiente», una medida que el mandatario calificó de «desgarradora, triste y angustiosa».
«Estamos viviendo hoy una jornada triste en la que la sinrazón se ha impuesto a la ley y ha derribado la democracia en Cataluña», sostuvo Rajoy, que justificó las medidas como un modo de responder al «secuestro inadmisible a la mayoría de los catalanes y el hurto de una parte de su territorio al conjunto de los españoles».
El mandatario conservador consideró que es hora de «prudencia y serenidad», «pero también de tener confianza en que el Estado dispone de medios suficientes para recuperar la normalidad legal y disolver las amenazas que están volcando sobre la convivencia».
Finalmente, Rajoy insistió en que la intervención en Cataluña mediante el artículo 155 de la Constitución no busca suspender la autonomía de la región, sino restaurarla, y anunció por eso la convocatoria a elecciones: «Son las urnas, las de verdad, las que tienen ley, controles y garantías las que pueden sentar las bases de la convivencia».
El mensaje de Rajoy se dio después de un día frenético marcado por la aprobación de la resolución independentista en el Parlamento catalán, punto cúlmine del desafío soberanista que mantiene a España en vilo desde hace semanas, y la casi inmediata aprobación de la intervención de la autonomía de la región en el Senado en Madrid.
«Lo que ha sucedido hoy en el Parlamento catalán es la prueba inequívoca de lo necesario que era que el Senado aprobara esta propuesta que le ha hecho el Gobierno», comentó Rajoy en su primera intervención tras el terremoto político en Barcelona.