La campaña de este año se espera intensa para los alérgicos al plátano y las cupresáceas a finales del invierno y, durante la primavera, a gramíneas y olivo. El cambio climático y las precipitaciones determinan la intensidad de las alergias a cipreses, plátanos o gramíneas, entre otras. En la sección de Polen de Eltiempo.es ya se puede consultar el estado de la difusión de la alergia por regiones
En el mes de febrero comienza la época crítica de alergias, especialmente, en ciertos pólenes de árboles como los cipreses. La campaña de este año se espera intensa para los alérgicos al plátano y las cupresáceas a finales del invierno y, durante la primavera, a gramíneas y olivo.
“Se espera que las previsiones en alergias a plataneros y cipreses sean fuertes. A causa del cambio climático estamos viendo que, según pasan los años, va siendo más fuerte en pólenes de árboles. No es casualidad que las concentraciones más altas de plátanos o de cupresáceas las hayamos conseguido en los últimos cuatro años”, explica el doctor y experto alergólo Javier Subiza a Eltiempo.es, portal líder en información meteorológica.
Según la Sociedad Española de Alergología e Inmología Clínica (SEAIC), desde mediados de este mes de febrero, se pueden encontrar niveles altos de pólenes de cupresáceas en zonas como Jaén, medios en el área de Barcelona y bajos en el resto del país.
Por épocas, las arizónicas y cipreses tienen sus mayores índices de afección durante los meses de febrero y marzo; los plátanos en marzo y abril y las gramíneas en mayo-junio.
Debido a las diferentes características climáticas del territorio, la sensibilización a las alergias es muy distinta en función de la región. Así, las gramíneas afectan al centro y norte peninsular, el polen del olivo al sur de España y la Parieta judaica en la zona mediterránea.
Gramíneas, la alergia más común en primavera
Desde la SEAIC destacan que las gramíneas de crecimiento espontáneo, como “malas hierbas”, son la causa más común e importante de polinosis en España. Sin embargo, no será hasta mediados del mes de marzo cuando la información sobre el impacto de la campaña de alergias sea más fiable ya que se necesitan realizar los recuentos de polen y lluvia de octubre a finales de febrero.
“Las previsiones son de una primavera de gramíneas floja siempre que no tengamos pluviosidades altas durante los meses que quedan. Aunque a veces es suficiente con unas altas precipitaciones para cambiar la previsión”, sostiene el doctor Subiza.
Según los expertos, son las lluvias durante el invierno y la primavera las que determinan la intensidad de la alergia a las gramíneas. “Los años en los que hay mucha lluvia es cuando las concentraciones de gramíneas durante la primavera son muy altas. Y las variaciones pueden ser de cuatro o cinco veces más, es decir muy altas”, recuerda Subiza.
Con respecto a esta primavera, debido a la escasa pluviosidad se espera una polinosis pobre en gramíneas para mayo y junio aunque puede variar si la primera es muy húmeda. “Ya hemos pasado épocas en las que ha habido poca cantidad de lluvia en otoño e invierno, aunque luego ha habido precipitaciones significativas durante el mes de abril que hicieron que las alergias de gramíneas en la primavera fueran fuertes, tal y como ocurrió en 2016”, explica el doctor.
Fuente Comunicae