El plazo de reunificación de familias separadas en la frontera impuesto por un juez se ha agotado, y tan solo han sido reunidos con sus padres unos 1.800 de un total de 2.500 menores
27 de julio de 2018
Este jueves era la fecha límite marcada judicialmente para la reunificación de menores con sus padres inmigrantes, separados en la frontera sur de Estados Unidos en el marco de la estricta política migratoria de la Administración Trump. Unos 2.500 menores fueron separados de sus familias en estas circunstancias, de los cuales, según el Departamento de Justicia solo han vuelto con sus padres 1.442; 711 aún siguen en centros bajo custodia gubernamental.
La mayoría de los padres de los menores devueltos se encuentran en centros de detención de inmigrantes. A algunos de los internos no se les devuelve a sus hijos porque, según Trump, «no cumplen con los requisitos para una entrega en condiciones seguras», por no haberse comprobado el vínculo parental, por antecedentes criminales de los progenitores, por el padecimiento de enfermedades infecciosas, etc. Muchos de los padres, además, fueron deportados a sus países de origen al cruzar la frontera, quedando los menores en suelo americano sin posibilidad de reunirse con ellos.
El drama, sin embargo, no termina con la reunificación familiar, ya que Trump planea deportar a muchos de los padres que ya han sido reunidos con sus hijos, dejando a los menores en situación de total vulnerabilidad y separándolos de nuevo. El juez que lleva el caso ordenó que parasen las deportaciones de familias ya que esto vulneraría el derecho de asilo, pero el Gobierno, siguiendo con su política migratoria xenófoba ha pedido a los magistrados que reviertan la decisión, para poder continuar con las deportaciones «inmediatamente».








