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Rodrigo Lanza, condenado por asesinato por motivos ideológicos, tendrá que pagar 20 años de libertad

La Audiencia Provincial de Zaragoza ha condenado a Rodrigo Andrés Lanza Huidobro a una pena de 20 años de prisión por el denominado ‘crimen de los delitos’ por un delito de asesinato consumado con alevosía, […]

La Audiencia Provincial de Zaragoza ha condenado a Rodrigo Andrés Lanza Huidobro a una pena de 20 años de prisión por el denominado ‘crimen de los delitos’ por un delito de asesinato consumado con alevosía, con la agravante de obrar por motivos ideológicos y la atenuante de embriaguez. Deberá indemnizar con 200.000 euros a la familia de la víctima, Víctor Laínez, y al Salud. La sentencia se puede recurrir ante el Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA).

La magistrada María José Gil Corredera ha redactado la sentencia, hecha pública este miércoles, 23 de septiembre. El fallo incluye para Lanza la inhabilitación absoluta durante todo el tiempo de condena, más costas procesales. Lanza indemnizará a la madre de la víctima con 50.000 euros, a cada uno de los dos hijos con 50.000 euros, y otros 50.000 se distribuirán entre los tres hermanos. Asimismo, deberá pagar 5.620 euros al Servicio Aragonés de Salud.

Mediante la sentencia, «se abona al acusado la totalidad de prisión provisional sufrida por esta causa en el cumplimiento de la expresada pena de privación de libertad, situación en la que continuará» Lanza en la prisión de Zuera (Zaragoza).

«Aunque –Rodrigo Lanza– no tuviera la intención de causar la muerte de Victorino Lainez, al menos era probable que la muerte se produjera ante la contundencia de los golpes dados, asumiendo dicha probabilidad y debe de responder por ello», recoge la sentencia, que recalca que la causa de la agresión fueron los motivos ideológicos y que la víctima no tuvo posibilidad de defenderse.

HECHOS PROBADOS

En la resolución, la magistrada Gil Corredera recuerda que Rodrigo Lanza ya fue condenado -por dejar tetrapléjico a un policía local de Barcelona–.

Indica que, el 8 de diciembre de 2017, el ahora condenado y tres amigos entraron en el bar ‘Tocadiscos’ del barrio zaragozano de La Madalena, donde se encontraba Víctor Laínez,

Uno de los amigos de Lanza le dijo a este que Laínez era «de extrema derecha o neonazi» y que «en ocasiones llevaba tirantes con los colores de la bandera española, tras lo que Lanza se aproximó a la víctima, «intercambiando una discusión que nadie escuchó».

«Cuando Rodrigo volvió con sus amigos les dijo que Laínez le había llamado sudaca y que debía volver a su país por ser extranjero», continúa la sentencia, añadiendo que «en la conversación entre Lanza y Lainez, el primero le llamó facha y fascista, y –le dijo– que ese era un barrio antifascista, que no querían nazis en el barrio, y que no era bienvenido».

Después de esta conversación, Lanza tomó una copa y, junto con sus amigos, se dirigió a la salida del bar, al observar que Laínez no paraba de escribir en su teléfono móvil, «pensando que estaba contactando con otras personas y que podía haber problemas».

«Fueron seguidos por Laínez», quien mantuvo un encuentro con Lanza fuera del establecimiento, volviendo la víctima al fondo del bar. La sentencia recalcad que Víctor Laínez «no portaba una navaja cuando mantuvieron un encuentro en la entrada del bar».

Cuando Laínez se encontraba a la altura de la mitad de la barra del bar, Lanza volvió a entrar en el local «de forma rápida, acometiendo por la espalda a la víctima, quien no tuvo ocasión de defenderse». El dueño del bar «le intentó avisar», pero a Laínez no le dio tiempo a volverse.

La sentencia continúa expresando que Lanza «golpeó fuertemente con el puño la parte inferior trasera de la cabeza de Laínez» y a consecuencia del golpe la víctima cayó desplomada al suelo, semiinconsciennte, tras lo que Lanza le dio una patada en la cabeza «e inmediatamente se colocó encima, propinándole puñetazos en la cara y múltiples golpes» para a continuación darle una patada «muy fuerte» en la cabeza «y salió del local, marchándose».

«Cuando Rodrigo Andrés Lanza estaba colocado encima de Victor Laínez pegándole puñetazos en la cara y patadas en la cabeza, se le acercó el dueño del bar y le dijo :’Para, Para, que lo vas a matar».

Al recibir los golpes, Laínez comenzó a sangrar por la cabeza, nariz y oído, saliéndole de detrás de la cabeza un líquido viscoso. Los golpes le deformaron la cara y sufrió un edema cerebral con convulsiones ya que no podía respirar. Víctor Laínez falleció en el Hospital Clínico de Zaragoza el 12 de diciembre de 2017.

SEVEROS TRAUMATISMOS

La causa precisa de la muerte de Laínez fueron los severos traumatismos craneoencefálicos, que le provocaron una parada cardio-respiratoria compatible con una confusión de fuerte intensidad en la región temporo-parietal derecha y frontal derecha e izquierda.

La víctima, continúa la sentencia, sufrió un importante traumatismo facial con múltiples fracturas en los huesos propios nasales, el tabique nasal, la pared medial de ambos senos maxilares, la órbita derecha y el dorso nasal, «fracturas que no eran consecuencia de la caída».

La magistrada pone de relieve en la sentencia que «en el cuerpo de Víctor Laínez no existían lesiones en extremidades superiores que indicaran la existencia de defensa o lucha» y que la Policía Nacional no halló ninguna navaja durante la inspección ocular.

En los fundamentos jurídicos de la sentencia, se considera que ha quedado claro que, el desarrollo los hechos se inició porque al acusado le comentó su amigo una vez dentro del local de copas, que Víctor Laínez, que estaba sentado en la barra, era de extrema derecha o neonazi y que en ocasiones llevaba tirantes con los colores de la bandera española.

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