La falta de motivación propiciada por la ausencia de un profesor físico. El idioma como herramienta tangible de trabajo. Definir el nivel real de las plantillas y concretar los objetivos que se persiguen
La consultora de formación de idiomas para empresas Hexagone (www.hexagone.es) analiza los principales retos a los que se enfrenta el sector y las empresas que quieren capacitar y formar a sus alumnos el próximo 2021.
Después del peor año de la historia del sector de la formación, 2021 se presenta como una oportunidad para las empresas que han podido sobrevivir a la crisis. Un año en el que la formación deberá recuperar la mayor parte del terreno perdido para poder seguir creciendo.
Gaëlle Schaefer, Directora de Haxagone explica, “la pandemia ha generado un vacío en la formación del trabajador y 2021 se presenta como una oportunidad para recuperar y llenar de nuevo esta necesidad que no sólo sirve a las empresas para mejorar la productividad sino que a los propios trabajadores para crecer y motivarse a nivel profesional”.
Desde Hexagone apuntan a 3 retos principales para que 2021 sea un año en el que superar la crisis de formación en las empresas:
La motivación de los alumnos
Las medidas sanitarias impuestas por la pandemia obligan a realizar la mayoría de las formaciones a distancia. Precisamente el primer reto al que se enfrenta la formación será el de mantener la motivación de los alumnos en este formato.
“La mayoría de los trabajadores pensó que la situación de la formación a distancia sería una medida temporal pero la realidad demuestra que no lo está siendo. Muchas de las formaciones que empezaron en septiembre en este formato online tenían como discurso que volverían a lo largo del curso al formato presencial gracias a la vacuna, sin embargo cada vez se ve más claro que, al menos este curso, no será de manera presencial. Esto puede provocar desmotivación por parte de los alumnos”, explica la directora de Hexagone.
Para una buena formación, la motivación es fundamental. La dinámica en una clase a distancia no es la misma que en una clase presencial.
“Durante la pandemia se han hecho grandes esfuerzos por adaptarse técnicamente a la formación a distancia. El aula virtual se ha convertido en una efectiva herramienta de formación ya que permitía a los alumnos estar en contacto con el profesor a distancia pero con la metodología propia de las clases presenciales”, explica la directora de Hexagone.
A pesar de estos avances y de resolver los problemas técnicos, la formación presencial permite fidelizar de manera más efectiva a los alumnos por el simple hecho de tener al profesor físicamente delante. En el formato online cuesta más.
Desde Hexagone apuntan a que uno de los grandes retos a medio plazo por parte de las consultoras de formación será conseguir que los estudiantes aguanten la formación en este formato que obliga a tener vidas 100% digitales.
Capacitación profesional
El segundo gran reto tiene que ver con la forma en la que se imparte la formación y los resultados que se consiguen.
Cuando se imparte una formación sobre un aspecto específico como es por ejemplo el diseño web o la programación, los alumnos adquieren esos conocimientos que ponen inmediatamente en práctica y por lo tanto son más conscientes del aprendizaje. “Esto no ocurre con la formación de idiomas. Uno de los grandes retos es hacer que el alumno pueda utilizar lo aprendido de un idioma para aplicarlo tangiblemente en su trabajo”, explica Gaëlle Schaefer.
Desde Hexagone explican que la tarea de aprender un idioma es un proceso más lento. Por este motivo, no se ven los progresos a corto plazo. Además requiere de mayor implicación y de mucha práctica.
En la formación de idiomas no se trata tanto de subir el nivel general sino de forma transversal para convertir el idioma en la herramienta útil de trabajo en el día a día.
En este proceso cobra especial relevancia la capacitación profesional del alumno. De hecho, una de las principales tendencias para el próximo 2021 será la formación a través de cursos de idiomas específicos y prácticos como por ejemplo hacer presentaciones en otros idiomas, cómo cerrar contratos en otros idiomas, etc.
El objetivo pasa a ser que el alumno vea que es útil el conocimiento de idiomas aprendido. Para ello las consultoras de formación de idiomas deberán enfocar el propio aprendizaje del idioma en un objetivo concreto.
Analizar el nivel de idioma en la plantilla
El último reto detectado por Hexagone para el próximo año por parte de las empresas será el de poder identificar las competencias lingüísticas de sus trabajadores, en pocas palabras, identificar el nivel real de idioma de sus trabajadores y definir el nivel deseado.
“Un error común en las empresas es simplemente desear mejorar el idioma de sus trabajadores. Este concepto debe ser más preciso para así poder convertirlo en un objetivo. Es decir, las empresas deben identificar el nivel lingüístico de sus trabajadores para así diseñar un plan de formación claro con objetivos concretos de trabajo”, explica la directora de Hexagone.
“Es fundamental para poder elaborar la estrategia de idiomas, conocer perfectamente el nivel individual de los trabajadores, o sea identificar los recursos lingüísticos de la plantilla antes de comenzar cualquier estrategia. Sólo así se podrá elegir el formato adecuado, por ejemplo: “Cómo negociar y convencer en otro idioma” o “Mejorar hablar en público”, etc.”, concluye la directora de Hexagone.
Auditar el nivel del idioma en las personas que componen la organización es tan esencial como identificar otras habilidades con las que cuenta cada trabajador y que sirve para reconocer su cualificación individual.
Por último, Hexagone ha detectado un empeoramiento de la calidad de la formación en empresas que por presupuesto sustituyeron las formaciones presenciales por un formato puro de elearning en el que los profesores fueron sustituidos por plataformas de educación automatizadas.
En 2021 las empresas buscarán un formato mixto entre la formación virtual y la presencia de profesores, probablemente mediante aulas virtuales.
Fuente Comunicae