Desde Ramells Ramoneda resumen cómo se puede hacer una estimación de la posición de la tesorería de un negocio a medio y largo plazo bajo la influencia del coronavirus, de forma que se pueda integrar en el plan de empresa
A punto de cerrar un año 2020 lleno de imprevistos y con todas las esperanzas puestas en el próximo año, pocas empresas dudan de que las previsiones de tesorería para este ejercicio anual actual son inservibles. Ante esta certeza, es importante tomar decisiones para afrontar con una caja, lo más saneada posible, los próximos meses, que aún prometen ser muy duros.
Por eso es importante tener siempre en previsión cómo van a funcionar los flujos de caja, pero con el COVID-19 lo es aún más. Es por eso que desde el despacho Ramells Ramoneda, especializados en asesoría y consultoría, ven con gran interés para todo tipo de empresas que se repase por qué es necesario hacer una estimación de la evolución de la posición de tesorería a medio y largo plazo tras la puesta en marcha de un negocio, de forma que se pueda integrar en el plan de empresa. ¿Cuáles son los puntos más importantes a tener en cuenta?
Saber diferenciar correctamente entre tesorería y beneficio
No hay que confundir la tesorería con los resultados de la empresa: La primera mide el dinero a disposición del negocio en un determinado momento, los segundos miden la rentabilidad de la empresa, siguiendo criterios contables. Esas diferencias temporales existen en muchos aspectos de la contabilidad, y requieren un seguimiento aparte, para poder asegurar que nunca falte liquidez a la empresa.
Entender cómo se realiza una previsión de tesorería
Cada mes se estiman los ingresos que se van a conseguir, luego los pagos que habrá que hacer, y la diferencia da un saldo de tesorería a finales de mes, que sirve de punto de partida para el mes siguiente. Hacerlo mes a mes tiene como ventaja que permite identificar si los recursos financieros iniciales son suficientes. En efecto, puede que en el global del año, los ingresos superen a los pagos, y que al final la empresa tenga un saldo de tesorería positivo.
Por eso es importante entender este desarrollo de la previsión como un proceso en tres fases:
Cómo clasificar los impactos y necesidades de la empresa
Análisis detallado de la situación real de la tesorería y cuantificación de las necesidades de liquidez a corto plazo. Actualizar las previsiones de cobro, anticipando diferentes escenarios. Revisar los compromisos financieros de la compañía. Planificación de trabajo, definición de prioridades y reparto de roles.
Cuáles son las medidas de protección de caja
Determinar las acciones y operaciones que pueden generar liquidez de manera inmediata o en el corto plazo. Planear posibles acciones de cobro anticipado. Analizar las respuestas externas para mitigar los efectos de la crisis. Localizar los proveedores estratégicos imprescindibles para asegurar la actividad de la compañía. Actualizar los planes de contingencia. Definir la propuesta financiera y de las acciones de comunicación necesarias para darla conocer.
Qué hacer para asegurar la sostenibilidad del plan
Controlar las acciones para adaptarlas a un escenario cambiante como el actual. Actualizar las políticas de tesorería, para amortiguar los efectos de posibles situaciones de crisis. Identificar las herramientas para mejorar los procesos y las acciones de control. Aplicar un plan de aprendizaje continuo y elaboración de planes a largo plazo.
Siempre se puede recomendar el uso de soluciones digitales para gestionar la tesorería, per es importante contar con un asesor o consultor de tesorería para obtener el máximo beneficio. La experiencia de estos profesionales puede facilitar muchos de los procesos requeridos y ofrecer resultados tangibles.
Sobre Ramells Ramoneda
El principio básico que sustenta su actividad es el de hacer más fácil al empresario/gerente la gestión de su organización. Se proponen como proveedores de soluciones en todos aquellos aspectos que, sin ser la actividad básica de una empresa, inciden en su correcto funcionamiento. Habitualmente son del ámbito fiscal, contable, laboral, control de gestión o mercantil, pero abarca todo aquello en lo que pueden ser eficaces.
Fuente Comunicae