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Las personas trans cierran un año de «obstáculos» en la lucha por sus derechos: «2021 será el año de la igualdad»

La amplificación del aislamiento y el peligro vivido por el colectivo en situación de prostitución, principales problemas en la pandemia El colectivo de personas transexuales cierran 2020 tras un año lleno de «obstáculos» en la […]

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La amplificación del aislamiento y el peligro vivido por el colectivo en situación de prostitución, principales problemas en la pandemia

El colectivo de personas transexuales cierran 2020 tras un año lleno de «obstáculos» en la lucha por que sus derechos sean reconocidos a nivel estatal a través de la Ley Trans que prepara el Gobierno. Aún así, la presidenta de la Plataforma Trans, Mar Cambrollé, ha asegurado que, «con toda seguridad, 2021 será el año de la igualdad trans».

El texto que busca garantizar los derechos de este colectivo lleva más de dos años intentando ser aprobado. La Plataforma Trans lo llevó al Congreso en 2018, donde fue registrado por Unidas Podemos, pero la convocatoria de elecciones a principio de 2019 frenó su tramitación.

A pesar de la pandemia, el colectivo trans se movilizó, el pasado 4 de julio, en «distintos puntos de la geografía», bajo el lema «basta ya a la vulneración sistemática de los derechos humanos» y para reclamar su Ley Trans. Tal y como apunta Cambrollé, la concentración de ese día en la Puerta del Sol de Madrid fue «la más multitudinaria de la historia del colectivo».

A su juicio, esta movilización «demostró una vez más la fuerza de la lucha social» y consiguió, «no solo recabar el apoyo de la amplia mayoría social y poner el foco en la tan esperada ley, sino que el Ministerio de Igualdad liderado por Irene Montero se decidiera a recoger el guante lanzado por el activismo trans y afrontara el reto histórico de convertir en una realidad la ley trans más avanzada del mundo».

LOS «EFECTOS COLATERALES» DE LA TRANFORMACIÓN

Montero, en una comparecencia en el Congreso, se comprometió a poner esta norma en marcha el texto presentado en su día por la plataforma. Sin embargo, en estos últimos meses, la norma ha recibido las críticas, tanto de los partidos más conservadores, como desde un sector del movimiento feminista que considera que el texto usa una definición de identidad de género que ‘borra’ a las mujeres.

Tal y como Cambrollé ha explicado a Europa Press, esto es el «efecto colateral» que sufre «todo proceso de avance transformador de la sociedad», aunque ha reconocido que, en el caso de «ciertos sectores» les habría «resultado difícil de creer» su postura «en un pasado reciente».

«Las personas trans hemos vivido el mayor ataque de la historia de la democracia. Pero no pasaran, la consulta pública abierta por el Ministerio de Igualdad para recabar la opinión de la ciudadanía sobre la ley trans arrojó un 96% de opiniones favorables a dicha norma, entre las personas participantes, contando dicha consulta pública con una participación sin parangón respecto a otras», ha declarado la presidenta de la Plataforma.

Es por eso que esperan con optimismo el 2021. Más cuando, según ha explicado, el Gobierno les ha transmitido que la Ley trans «estará listo a principios» del próximo año. «Con toda seguridad, 2021 será el año de la igualdad trans», ha apuntado.

COLECTIVO VULNERABLE EN PANDEMIA

«A partir de ahí comenzará el camino para su aprobación. Un camino que posiblemente se antoje duro, pero sin duda un camino de esperanza, para nuestros menores trans y sus familias, para nuestras mayores, para nuestras hermanas migrantes, un camino de reparación para quienes sobrevivieron al pasado y siguen hoy aquí pero no tienen claro el mañana, un camino de memoria y reconocimiento para quienes nos dejaron», ha indicado.

Parte de las situaciones que el colectivo vive día a día se ha «agudizado» durante la pandemia, según ha denunciado también Cambrollé, que sitúa a las personas trans entre los más vulnerables de la sociedad española.

En este sentido, ha explicado que, durante el confinamiento, «miles de jóvenes trans han tenido que convivir entre cuatro paredes con familiares que no respetan su identidad»; mientras que las personas trans mayores, que en un amplio porcentaje ya sufren una situación de desarraigo familiar y social, vieron «amplificado su aislamiento».

También han sufrido, ha indicado, «las mujeres trans en situación de prostitución» que, por un lado, «se han visto obligadas a seguir ejerciendo para subsistir, con el consiguiente riesgo para la salud» y, por otro, «abocadas a la indigencia y sin alternativa habitacional cuando cerraron los prostíbulos».

Los colectivos sociales han redundado, en estos meses, en su esfuerzo por «intentar paliar y llegar a todas estas situaciones, a través de grupos de apoyo ‘on line’ que proporcionaran oxígeno al encierro». Así, «la juventud trans se organizó en grupos de ayuda a sus mayores y la Federación Plataforma Trans junto a más de 70 organizaciones demandaron a Igualdad que reconociera como grupo vulnerable a los mayores trans, a las migrantes y a quienes se ven abocadas a ejercer la prostitución y las incluyera en los planes destinados a hacer llegar los recursos sociales».

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