Seguir un estilo de vida basado en una dieta mediterránea enriquecida con aceite de oliva reduce el riesgo de fibrilación auricular o arritmia cardíaca, una dolencia que se ha convertido en los últimos años en un importante problema de salud pública que afecta a un elevado porcentaje de la población. En 2020, alrededor de 50 millones de personas sufrieron esta dolencia cardíaca y es considerada un factor de riesgo de sufrir accidentes cardiovasculares isquémicos, insuficiencia cardíaca, hospitalización y muerte.
A raíz de la constatación de esta evidencia científica, basada en los resultados del estudio PREDIMED, investigadores del ámbito de la epidemiología, prevención y salud pública, entre los que se encuentran los catedráticos de la Universidad de Navarra Miguel Ángel González-Martínez y Estefanía Toledo e investigadores de CIBEROBN e IdiSNA, plantearon una nueva hipótesis de investigación en la que buscan determinar si añadir actividad física, reducción calórica y terapia conductual al estilo de vida basado en la dieta mediterránea se logra disminuir el riesgo de fibrilación auricular.
Para dar respuesta a esta nueva pregunta, los investigadores desarrollaron un programa de intervención en el estilo de vida (IEV) cuya duración fue de 5 años y en el que participaron un total de 532 hombres y mujeres que en el inicio del programa tenían sobrepeso y obesidad y síndrome metabólico.
Los objetivos del estudio fueron por un lado evaluar el efecto del programa IEV sobre las concentraciones de biomarcadores sanguíneos relacionados con las vías de la fibrilación auricular. Y, por otro, evaluar la proporción mediada por cada componente de la intervención que contribuyó a la relación entre el programa IEV y las concentraciones de biomarcadores. Para ello se llevó a cabo la medición de aquellos marcadores que ponen en riesgo el buen funcionamiento del corazón y están asociados con un mayor riesgo de fibrilación auricular (arritmia o latido irregular del corazón), tales como daño en el miocardio, inflamación estrés oxidativo y otros trastornos en la estructura de la aurícula.
Estos resultados constatan que la promoción de un estilo de vida basado en una dieta mediterránea, consumo del aceite de oliva, pérdida de peso y un incremento de la actividad física se asocia con beneficios a lo largo del tiempo en el riesgo de fibrilación auricular. Este estudio ha sido publicado en el Journal of Clinical Medicine.