Numerosos profesionales de los centros sanitarios de Navarra son voluntarios de Cruz Roja y en acontecimientos especiales ponen sus conocimientos al servicio de todas las personas. En Pamplona, desde el Chupinazo hasta el Pobre de mí, los chalecos rojos y naranjas de la Cruz Roja son los aliados del patrón para garantizar la protección y el cuidado de la salud de las decenas de miles de ciudadanos que en estos días disfrutan de las fiestas populares más importantes del mundo. Médicos, enfermeras, residentes, auxiliares, sanitarios, e incluso personal de gestión, tienen la oportunidad de echar una mano en un voluntariado primordial para el buen desarrollo de las fiestas.
El Dr. Javier Lavilla, especialista en Nefrología, es uno de los veteranos de la Clínica Universida de Navarra en la atención médica durante los encierros, los fuegos artificiales, el encierro txiki o la unidad de primera atención del colegio Vázquez de Mella, la conocida “coctelera”. Este año ha podido cubrir el Chupinazo desde el Ayuntamiento y, entre todo lo que aporta esta experiencia, destaca “la posibilidad de compartir con compañeros de otros centros metodologías y prácticas que ayudan a mejorar nuestra asistencia en el trabajo cotidiano y la oportunidad de colaborar en unas fiestas muy de nuestra tierra”.
La Dra. Cristina Honorato, especialista en Anestesia, es otra de las asiduas como voluntaria en los sanfermines. Para ella estos días son también “ocasión de reencuentro con otros compañeros que estudiaron en Pamplona y vuelven con motivo de las fiestas: este año tengo boda y todo, dos voluntarios que se casan este fin de semana en plenos sanfermines ".
Elena Márquez, auxiliar de enfermería, destaca la posibilidad de poner en práctica en plena calle los primeros auxilios que habitualmente realiza en las urgencias pediátricas.
Los residentes también aprovechan estas fechas para ampliar sus conocimientos, como los doctores Beatriz Remón y José Antonio Fernández, de los departamentos de Pediatría y Anestesia, respectivamente. La Dra. Remón afirma que “los pacientes que atendemos en las calles suelen ser casos peculiares, que habitualmente vemos en las guardias de Urgencias”; y el Dr. Fernández concluye que “ejercer mi profesión en la calle me llena de satisfacción, y como aficionado taurino es un honor participar activamente de la fiesta”.
