Pamplona ha amanecido hoy bajo un cielo blanquecino que ha llamado la atención de los ciudadanos, quienes se han estado preguntando el origen de la neblina que cubre la ciudad. Aunque en los últimos días las Islas Canarias han sido afectadas por la calima, producto del polvo en suspensión traído por tormentas en el Sáhara, en esta ocasión la causa ha sido muy diferente.
El fenómeno que se ha visto en Pamplona no ha sido polvo del desierto, sino humo que ha recorrido miles de kilómetros desde Canadá.
Este humo proviene de los masivos incendios forestales que han estado azotando la región de la Columbia Británica, donde, según el Servicio de Incendios Forestales local, se han registrado 428 incendios solo en el mes de agosto. Las partículas en suspensión, transportadas por corrientes de viento que han cruzado el Atlántico norte, han llegado hasta Europa, causando cielos opacos en varios puntos de la península ibérica.