El mismo juguete puede ser hasta un 56% más caro según el establecimiento donde se compre. Así lo ha comprobado la Asociación de Consumidores de Navarra Irache mediante un estudio sobre la oferta juguetera para Navidad. En el trabajo se han analizado más de 150 juguetes en ocho comercios jugueteros.
Es el caso de un cohete de juguete para niños de entre 3 y 4 años, que incluye dos figuritas de astronautas y un coche espacial: en un comercio vale 15,99 y en otro 24,99 euros. Una diferencia parecida, de un 54%, se da en un juego de construcción de un camión plataforma con helicóptero, que en un establecimiento vale 12,99 euros y en otro 19,99 euros. En este tipo de juegos de construcción se han encontrado varios productos con unas diferencias der precio notables. En otro tipo de productos, la diferencias son menores: en un conocido juego de mesa se ha detectado una diferencia de coste del 29%, pasando de 15,15 a 19,66 euros y en una muñeca de una famosa película se ha detectado una diferencia entre una tienda y otra del 16%, pasando de 29,99 a 34,99 euros, por poner dos ejemplos.
En cualquier caso, estas diferencias de precio no son fáciles de encontrar, ya que en buena parte de los comercios los precios para un mismo producto no superan los tres euros. Donde sí se encuentran grandes diferencias de coste es entre juguetes parecidos, con similares prestaciones, pero de distintas marcas y, por tanto, no exactamente iguales. Es en estos casos, al comparar juguetes entre distintas marcas, donde se pueden encontrar con más facilidad importantes diferencias de precio, que pueden superar el 100%.
En cualquier caso, desde Irache se anima a moderar y adaptar el gasto a la situación económica de cada hogar, elegir juegos que ayuden en el desarrollo de los menores y prestar atención a las condiciones de financiación antes de aceptarlas.
Antes de financiar, leer detenidamente las condiciones
Se encuentran descuentos interesantes en plataformas comerciales exclusivamente online, en ofertas que se van actualizando en tiempo real. Así, si el cliente quiere asegurarse el precio exhibido, tiene que comprarla en ese mismo momento.
En un contexto de dificultad económica y alza de precios, algunos consumidores están optando por financiar la compra de juguetes de Navidad para no tener que pagarlos de golpe. El consumidor debe ser cauteloso antes de aceptar estas financiaciones ya que en algún caso se están aplicando intereses de hasta el 18%. También hay financiaciones sin intereses, generalmente sujetas a importes mínimos, como noventa euros, o a plazos determinados, como tres meses, por ejemplo.
En ocasiones, la financiación la hace una entidad sin vinculación al comercio y, se trata, en realidad, de la contratación de una tarjeta de crédito (a veces revolving), con comisiones de mantenimiento y con condiciones que no siempre son muy recomendables. Por eso, lo más importante antes de aceptar una financiación es leer detenidamente y comprender todos sus intereses, condiciones, plazos y formas de cancelación para no caer en situaciones de endeudamiento no deseadas.
Algunos catálogos invitan al lector a registrarse como socio, con ventajas de descuentos en las marcas propias, por cumpleaños, a las familias numerosas o en promociones especiales, por ejemplo. También ofrecen suscripciones gratuitas a plataformas televisivas por unos meses o incluso concursos en los que el ganador tendrá un minuto para coger gratuitamente todos los juguetes que pueda (excluyendo los electrónicos) de una tienda. Es importante asegurarse de las obligaciones que conlleva hacerse socio o qué condiciones de cancelación conlleva.
Valorar el precio por encima de supuestos descuentos
Algunos catálogos publicitan descuentos del 35% o de más de 15 euros en algunos productos. En estos casos, lo más importante es poder comparar con otros establecimientos y valorar el precio en función de las prestaciones y calidad del producto. Curiosamente, algunas ofertas que promocionan un importante descuento, ofrecen el producto al mismo precio que en otros establecimientos en los que no se anuncia ninguna rebaja.
En algunas ofertas puede parecer que el consumidor pagará menos por el producto. Sin embargo, en realidad pagará el mismo precio, solo que la diferencia promocionada la podrá invertir en una compra posterior en el mismo establecimiento, generalmente con límites de importes y de fechas. Otras veces, promocionan un descuento del 50%, cuando en realidad es solo del producto comprado de menor valor.
Accesorios o tamaño marcan el precio
En ocasiones, las imágenes de los catálogos nos pueden dar la impresión de que se trata del mismo juguete, pero se trata de dos diferentes por tamaño, accesorios o prestaciones. Por ello, es fundamental informarse de los elementos, características y dimensiones de un juguete para poder compararlo con otro. En ocasiones, en los catálogos no se aprecia el tamaño (aunque se informe de él) y el consumidor piensa que ha encontrado uno mucho más barato, pero se trata de un modelo más reducido.
Plazo de entrega y gastos de envío
Parte de las ofertas jugueteras se hacen solo para compras online. Si es así, debe indicarlo y también debe informar sobre los gastos de envío, algo que no siempre se hace. Los costes cambian generalmente si compramos online y lo recogemos en el establecimiento o si nos lo llevan a casa, caso en el que el coste del envío varía en función del tiempo de espera y el importe de la compra: el envío puede costar diez euros o resultar gratis. En algunos casos, el consumidor puede asegurarse que el producto se le entregará en 24 horas, pero para ello debe haberse adherido, previo pago, al servicio que da esta opción. En estas fechas es importante que quede plasmado el día en que llegará el juguete, bajo penalización en caso de incumplimiento.
Observar si se ofrece plazo de devolución y las condiciones
Hay algunos establecimientos que ofrecen en su catálogo un plazo, a veces de hasta dos meses, para poder devolver el juguete. Es importante conservar esta información y observar bajo qué plazos y condiciones se permiten las devoluciones. Hay que tener en cuenta que en general hay que entregar el juguete sin que haya sido usado y con el embalaje en el mejor estado posible; es decir, si el juguete consta de varias piezas, lo sacamos, lo montamos y luego decidimos que no lo queremos, es muy probable que no admitan la devolución. Si no se publicita u ofrece la posibilidad de devolución, el comercio no tiene obligación de aceptarlo.
En internet, catorce días para echarme atrás
Conviene saber que en la Unión Europea hay catorce días para desistir de una compra en internet desde que se recibe el producto en casa. Es importante que en la reserva también conste una descripción detallada del juguete para poder reclamar en caso de falta de conformidad.
Validez de los catálogos
Es importante fijarse en la validez del catálogo. Algunos son válidos hasta el 24 de diciembre y otros hasta el 6 de enero. Algún catálogo solo indica la fecha de comienzo de validez, pero no cuándo concluye, una información claramente insuficiente. Además, algunos de los mayores descuentos se dan en promociones con una validez limitada a unos días. Por eso, programar las compras con antelación muchas veces tiene premio.
Edades indicadas diferentes
La mayor parte de los catálogos te informan sobre la edad para la que el juguete está recomendado. En la mayor parte de los casos las edades recomendadas coinciden, si bien puede variar algún año o ser más amplia la horquilla de edades que se indican. Además, algunos de los catálogos informan sobre las capacidades que desarrolla cada juguete.
OTRAS CUESTIONES SOBRE LOS JUGUETES
Como consumidor, tiene derecho a que se le informe suficientemente sobre las verdaderas características de los productos que se ofrecen, también de los juguetes. El fabricante deberá indicar las advertencias “de manera claramente visible, legible, comprensible y precisa”, en una etiqueta pegada, en el embalaje o en las instrucciones que acompañen al juguete, indica la normativa.
Las normas de seguridad deben garantizar ciertos aspectos: que un juguete destinado a un menor de tres años no tiene partes separables que se puedan tragar; las fijaciones deben ser resistentes; no deben presentar riesgo de estrangulamiento; los juguetes de movilidad deben llevar un sistema de freno adecuado; no deben tener más de 24 voltios de tensión; no pueden contener materiales tóxicos, inflamables o explosivos, entre otras cuestiones.
El etiquetado de un juguete que incluye la marca CE significa que cumple las normas de seguridad de la Unión Europea. Además, debe indicar el nombre y marca del producto, la dirección del fabricante, la potencia máxima del juguete y su consumo energético, así como las instrucciones y advertencias de uso. Algunos fabricantes utilizan sellos de calidad propios de la marca, con la pretensión de dar un valor añadido de productos y pueden informar sobre el proceso de fabricación o los materiales utilizados, por ejemplo.
Es importante tener en cuenta que el juguete es un medio por el cual el niño se relaciona con su entorno. Conviene tener en cuenta sus necesidades y el momento evolutivo en el que se encuentra.
Los educadores recomiendan que un juguete tenga variedad de posibilidades, sea de fácil comprensión y manejo, sólido y duradero o posibilite la utilización colectiva. También opinan que la sobreabundancia de juguetes no es recomendable.
La publicidad tiene el objetivo primordial de vender por lo que no es conveniente tenerla como principal criterio a la hora de elegir un juguete para el niño.
Comprar en comercios de cercanía puede colaborar en el sostenimiento del tejido económico autóctono. Si prefiere no acudir físicamente al establecimiento siempre puede llamar o informarse si comercializa también a domicilio, vía internet o si pueden darle cita previa. Hay otras cuestiones que pueden influir a la hora de decidirse por una compra, como si garantiza compromisos sociales y económicos en su elaboración y comercialización, su sostenibilidad con el medio ambiente o su procedencia.