

PALMA, 13 (EUROPA PRESS)
Los jóvenes de Baleares que tienen el catalán como primera lengua son los que más cambian al castellano cuando surge la necesidad, efecto que se conoce como muda lingüística, y la tendencia va en aumento, frente a los que tienen el castellano como primera lengua, que son los que más estrategias buscan para mantener el castellano.
Son algunas de las principales conclusiones del estudio ‘Actitudes y usos lingüísticos de los jóvenes de Baleares’, del Grupo de Investigación Sociolingüística de Baleares e impulsado por la Conselleria de Fondos Europeos, Universidad y Cultura, a través de la Dirección General de Política Lingüística.
En el estudio, que combina estrategias cuantitativas y cualitativas, han participado 124 jóvenes de entre 15 y 29 años de todas las islas de los cuales el 41 por ciento tienen como primera lengua el catalán y el 28 por ciento el castellano.
El informe muestra que en áreas como la Part Forana de Mallorca y en Menorca, con mayor presencia del catalán, se dan «más oportunidades» para el mantenimiento de la lengua.
El estudio alerta, además, de la falta de lo que han denominado «catalán agudo», que no busca estrategias para mantener el catalán, frente al «castellano agudo», que sí lo hace.
Las autoras del estudio, Xisca Castell y Maria del Mar Venrell, también han explicado que es frecuente que entre los jóvenes se identifique el catalán sólo con los nacidos en Baleares y no con el resto de residentes, por lo que han insistido en la necesidad de fomentar actitudes como comenzar conversaciones en catalán o el mantenimiento del catalán en entornos bilingües siempre que haya comprensión, así como cambiar tendencias como el «nos conocimos hablando en esta lengua».
En este sentido, han indicado que muchos no catalanohablantes se sienten excluidos cuando les hablan en castellano y se encuentran sin muchas oportunidades a la hora de practicar el catalán.
El informe señala que, en todo caso, se dan entornos propicios como el empleo público, el acceso a secundaria y la universidad. En estos entornos, las expertas se han referido a la existencia de los requisitos lingüísticos que, aunque ayudan a la extensión del uso en los ámbitos formales, necesitan del fomento del uso también en los ámbitos informales, por ejemplo, entre compañeros o usuarios.
La investigación apunta igualmente que la convergencia lingüística al castellano es la práctica más habitual entre los jóvenes, como en el conjunto de la población.
El mantenimiento exclusivo del catalán es casi nulo, mientras que sí que se observa el mantenimiento del castellano. Así pues, los catalanolingües son quienes realmente ejercen de bilingües.
El secretario autonómico de Universidad, Investigación y Política Lingüística, Miquel Àngel Sureda, ha destacado la importancia de los jóvenes en la supervivencia del catalán.
Tal como se recoge en el estudio, ha argumentado que los jóvenes son los encargados de proyectar el proceso de cambio hacia el futuro inmediato a través de su comportamiento lingüístico, entre otros motivos porque serán pronto los «dirigentes y referentes sociales» y quienes transmitirán la lengua a las nuevas generaciones.
Por su parte, la directora general de Política Lingüística, Beatriu Defior, ha explicado que el estudio confirma «las intuiciones que se tenían» y ha reivindicado las acciones impulsadas desde la Dirección General.
Defior ha destacado del informe la necesidad de dar un enfoque holístico a las actuaciones de planificación lingüística, puesto que para lograr los objetivos es necesario que todos los sectores implicados se comprometan a asumir el papel que les corresponde.
«Las actuaciones necesarias dirigidas a los jóvenes de poco servirán si no van acompañadas de un proceso de mejora de la situación en el conjunto de la sociedad», ha apuntado Defior.
Además, la titular de Política Lingüística ha remarcado la importancia de que los jóvenes reciban «incentivos» para emplear el catalán.
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