El consejero de Salud del Gobierno de Navarra, Fernando Domínguez, ha anunciado durante el Pleno monográfico de Salud del Parlamento que la Comunidad Foral cerrará el mes de mayo con una notable mejora en la lista de espera siendo los mejores datos registrados desde el mes de septiembre.
“Salvo que en las últimas horas se haya roto el sistema, las cifras van a ser las mejores desde septiembre porque están en marcha todas las medidas presentadas y el sistema casi al 100 %”, ha anunciado el consejero que, aunque ha reconocido que no pudo cumplir su compromiso de reducir en 1.000 personas al mes la lista de espera, ha asegurado que las nuevas cifras demuestran que “esto es posible”.
Sobre la crítica al incumplimiento de la Ley de Garantías ha planteado que “quizás lo que hay que proponer es actualizar esa ley y hacerla realmente útil para los pacientes, porque las cosas no tienen nada que ver con 2008”, año de su aprobación.
Domínguez ha asumido que en Atención Primaria “hay algunos centros con grandes problemas de acceso”, pero ha considerado “injusto para la mayor parte de la plantilla y el esfuerzo de la gerencia y las tres direcciones de área” que se generalice esta situación, ya que también hay centros que funcionan muy bien y “en todos, si se acude con una urgencia, se atiende en el momento”.
El actual planteamiento de la Atención Primaria tiene 40 años y, según ha trasladado, requiere “un cambio de rumbo organizativo” en la línea de lo que se está trabajando. En este sentido, ha recriminado a los portavoces que pidan constantemente cambios estructurales y luego critiquen cuando estos se llevan a cabo, defendiendo que “la reorganización de los profesionales es necesaria”.
En lo que respecta a la red hospitalaria, ha referido que “se tiene que dar un paso al frente con la creación de áreas únicas de algunas especialidades”, en particular de aquellas con mayor falta de profesionales.
El consejero se ha mostrado visiblemente molesto con las críticas vertidas desde la oposición, que siempre recurre a “los mismos mensajes catastrofistas sin propuestas concretas o propuestas como si tuviéramos 5.000 millones de presupuesto y 17.000 trabajadores en plantilla”, tirando de “mantras” y “medias verdades”.
“La sanidad navarra, aunque a algunos les pese, es excepcional”, ha proclamado, aclarando que esto es así no por él ni por los altos cargos del departamento, sino “por cada uno de los profesionales que trabajan en él día a día y la solidez en la gestión de la organización que se ha ido construyendo con los años” bajo gobiernos de distinto color.
Respecto al presupuesto, ha considerado que “la crítica más absurda que podría hacerse es decir que son los más altos de la historia”, puesto que “en salud no se gasta, se invierte y eso cuesta dinero y cada año más”. Ha asegurado también que no son la comunidad española que más gasta en salud y ha instado a no confundir el presupuesto con el gasto real, materia en la que llevan años instalados en el tercer puesto.
Salud “es mucho más de lo asistencial”, ha recordado reivindicando el trabajo que se hace desde el Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra, la Fundación Miguel Servet o la Dirección General de Salud, entes que “tienen sobre la mesa retos muy importante que como generan menos ruido que los asistenciales se han olvidado mencionar o no han querido hacerlo”.
En este sentido ha destacado la elaboración de la nueva Ley Foral de Salud, o la puesta en marcha de la empresa pública de transporte sanitario, la elaboración de un nuevo Plan de Salud, una regulación justa y responsable de los productos farmacéuticos, la ampliación de algunos cribados del cáncer, la firma de nuevos convenios con centros concertados o el desarrollo de proyectos de sanidad ambiental.
