El histórico bar-restaurante Casa Otano, ubicado en la calle San Nicolás de Iruña, cerrará sus puertas proximamente, antes de los Sanfemines. Como se recordará, la empresa que gestiona Casa Otano argumentó que el cierre se debía a la finalización del arrendamiento anunciada por la propietaria del edificio.
Sin embargo, los trabajadores denunciaron en su momento que la empresa propietaria del edificio pertenece a la misma familia que gestiona el bar-restaurante, lo que indica que el verdadero motivo detrás del ERE es la venta del inmueble para obtener beneficios inmobiliarios, a costa de cerrar un negocio viable y destruir empleo.
El sindicato ELA denunció el cierre y la destrucción de empleo en este emblemático establecimiento. Durante el periodo de consultas del ERE, que terminó sin acuerdo, ELA insistió en la necesidad de mantener los puestos de trabajo en Casa Otano. Sin embargo, la empresa decidió seguir adelante con el despido de los 18 empleados.
El sindicato ha insisitdo en que "gracias a la movilización y a la intervención del sindicato, la plantilla logró asegurar una indemnización global de más de 700.000 euros por encima de lo fijado por ley, duplicando la cifra inicialmente prevista" y subrayan que "en lugar de recibir una indemnización equivalente a 20 días por año trabajado, los empleados recibirán una compensación de 45 días por año, lo que supone una media de casi 39.000 euros adicionales por persona".
ELA ha destacado la "lucha y la organización de la plantilla, que, aunque no ha logrado el principal objetivo de garantizar el empleo, ha mejorado significativamente la situación económica de los trabajadores y trabajadoras de Casa Otano".
El cierre de Casa Otano, un lugar con gran tradición y relevancia en Pamplona, es una pérdida significativa para la comunidad local. Sin embargo, la determinación y resistencia de su plantilla han demostrado el poder de la movilización sindical en la defensa de los derechos laborales.