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Los Hispanos se meten en semifinales tras un encuentro épico contra Egipto

Los pupilos de Jordi Ribera confirman la remontada en la prórroga para el 29:28 y volverán a pelear por medalla olímpica tras sufrir ante Egipto

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  • Fotografía: Sasa Pahic Szabo / IHF / Kolektiff -

Colgarse un metal al cuello en los Juegos Olímpicos requiere de sufrimiento, sacrificio y entrega. Tres términos que están tatuados a fuego en el ADN de los Hispanos, y que no dejan de enarbolar como bandera torneo a torneo, sea la localización que sea. Hoy, en el estadio Pierre Mauroy de Lille, Egipto ha sido la última víctima de este tesón de los pupilos de Jordi Ribera, que vuelven a acercarse a la lucha por el oro olímpico al doblegar en cuartos de final a los africanos (29:28, 8:12 en el descanso, 25:25 al final del tiempo reglamentario) y firmar una remontada épica.

LOS HISPANOS SE ATASCAN

Con el partido a las 9:30h., todos los protagonistas hicieron acto de presencia en el Estadio Pierre Mauroy... a excepción de los goles, que se habían dormido y llegaron tarde. Buena culpa de ella la tuvieron Gonzalo Pérez de Vargas y Mohamed Aly, los grandes protagonistas de los primeros 30 minutos, y que evitaron los tantos hasta los minutos seis (en manos de Yehia Elderaa) y ocho (por parte de Aleix Gómez). Paupérrimo inicio goleador con el 2:3 tras apenas diez minutos. 

El encuentro se mecía en un ritmo lento con muy poca fluidez y bastantes golpes francos. Los Hispanos necesitaban defender, porque, cuando conseguían ganar la batalla atrás, podían correr con velocidad al contragolpe. Sin ir más lejos, en apenas un minuto, los pupilos de Jordi Ribera pasaban del 2:4 al 5:4, como el argumento perfecto para que España siguiese en esa línea. Pero los ataques estáticos, que claramente se le estaban atascando, y las pérdidas volvían a dar a Egipto una ligera ventaja con el 6:8 acercándose el descanso al partido. 

Cinco pérdidas en menos de diez minutos, varias de ellas por buscar al pivote en los seis metros, acrecentaban la ventaja para los faraones. La gran actuación bajo palos de Gonzalo Pérez de Vargas aguantaba a la Selección española en partido, siendo capaz de frenar a los egipcios con la excepción de un Ahmed Adel que hacía daño desde los seis metros. Los jugadores enfilaron el camino al túnel de vestuarios con el 8:12 brillando en el luminoso. 

MEJORA CRECIENTE HASTA EL FINAL

España tenía que creérselo y crecer. Armas tenían, más que de sobra, y sólo tenían que apuntarse un par de defensas buenas para terminar de confiar en la remontada. Ya de primeras, apostando por la dupla Abel Serdio y Jorge Maqueda para cerrar el 6-0 defensivo, y en ataque comenzó a carburar un Ian Tarrafeta que iba a ser el faro de los Hispanos. Un par de despistes evitaban que la remontada llegase antes con el 14:17 asomando en el electrónico en los primeros albores de la segunda mitad.

El intercambio de goles no valía de nada, y menos cuando Ahmed Adel y Mohamed Aly estaban empeñados en meter a Egipto en semifinales. Pero ese puesto lo querían los Hispanos. Jordi Ribera se la jugó apostando por vaciar portería en ataque para forzar en 7 contra 6, y demostró, una vez más, que es una de las piedras angulares de esta Selección española que tanto ha conquistado en los últimos años. Un cambio clave para entender la remontaba que estaba por venir en los últimos diez minutos (18:21). 

Cabeza alta y hacia delante. Los Hispanos querían estar en semifinales, y fueron a por ello. Tarrafeta seguía siendo el faro, poniendo el 21:22 a siete minutos del final, y augurando que el thriller que se avecinaba podía teñirse del rojo hispano. Creer, crecer y remontar; eso llevaban impreso en la mirada una España que igualó la contienda en el 25:25 restando un ataque para el final. La defensa salvó la tentativa egipcia, confirmando una monumental remontada de los pupilos de Ribera, y dejando para el tiempo extra la decisión final del primer semifinalista. 

ALEIX GÓMEZ Y GONZALO PÉREZ DE VARGAS ATAN LAS SEMIFINALES

Diez minutos, o cinco y cinco, como bien quiera verse. Lo que iba a ser seguro, sea la unidad y la cantidad de tiempo que sea, es un sufrimiento. Apostando de nuevo por ese 7 contra 6 que tanto nos había funcionado, los Hispanos siguieron empujando para llevarse la victoria. Pero Egipto no se arrugó un ápice, sin bajar los brazos en ningún momento y encontrando a los hermanos Elderaa para evitar que se rompiese el marcador con el 27:26 al final de la primera parte del añadido. 

El Estadio Pierre Mauroy estaba viviendo una guerra encarnizada. Dos equipos que querían un puesto en semifinales, y sólo podía quedárselo uno. Y, cuando más pegaba el sol, emergieron como dos colosales titanes Aleix Gómez y Gonzalo Pérez de Vargas. El extremo se encargó de poner en el marcador los últimos tres goles de la Selección española hasta el 29:28 definitivo, mientras que el guardameta, con una doble parada en los últimos segundos de la contienda, confirmaba y cerraba un partido que nos metía en la pelea por las medallas tras una epopeya de remontada digna de este grupo de guerreros. No lo traten de entender, somos Hispanos. Y a luchar contra todo y contra todos, no nos gana nadie. 

 

Fotografía: Sasa Pahic Szabo / IHF / Kolektiff

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