La Asociación de Familiares de Fusilados de Navarra 1936 (AFFNA-36-NAFSE) recuerda y rinde homenaje a las víctimas de la matanza del 23 de agosto de 1936 con una serie de actos conmemorativos. Ese día, las autoridades militares y civiles “afectas al régimen” anunciaron la liberación de 53 presos republicanos de la Cárcel de Iruñea. Sin embargo, se trató de una “saca” en la que destacados intelectuales y dirigentes del republicanismo y el sindicalismo, así como seis vecinos de Obanos, fueron asesinados.
Mientras tanto, en Pamplona, una solemne procesión encabezada por el obispo Olaechea pedía fuerza y valor para las tropas fascistas y los requetés navarros en su lucha contra la República. Entre las autoridades eclesiales presentes se encontraba Antonio Añoveros, quien años después sería obispo de Bilbao, y quien prestó auxilio espiritual a los condenados.
Los 53 presos fueron trasladados a Valcaldera (Cadreita) por un grupo de requetés y falangistas, donde fueron ejecutados. Solo Honorino Arteta Echarte logró escapar. El testimonio de Arteta y otros relatos, como el del libro “Los culpables. Pamplona 1936” de Galo Vierge, documentan estos hechos. Mari Carmen Yarnoz Húder entregó el testimonio de Arteta a su familia en septiembre de 2021 durante un acto organizado por el Instituto Navarro de la Memoria en Elizondo.
Los actos de homenaje se llevarán a cabo en dos Lugares de la Memoria Histórica de Navarra. A las 17:45 horas, se colocarán flores en el solar de la antigua cárcel de Pamplona, junto a la puerta recuperada que simboliza la represión del verano de 1936 y la dictadura. Posteriormente, a las 18:15 horas, un autobús, que aún tiene plazas disponibles, partirá hacia Valcaldera para el acto principal a las 19:30 horas, que contará con intervenciones musicales y testimonios de familiares.
Valcaldera, oficialmente reconocido como Lugar de Memoria de Navarra, necesita un monumento o intervención paisajística que recuerde el significado histórico del lugar. A pesar de los esfuerzos, los restos de los 52 republicanos asesinados permanecen en paradero desconocido. Se sabe que fueron trasladados en secreto al Valle de los Caídos y, aunque algunos cuerpos retornaron a Navarra en 1979, su ubicación exacta sigue siendo incierta.
La AFFNA-36-NAFSE hace un llamado a las instituciones y la Justicia para que se comprometan a localizar los restos de las víctimas y poner fin al silencio y al olvido que rodea estos hechos. Es esencial romper el silencio histórico y asegurar que la memoria de las víctimas sea reconocida y respetada.
