La Consejería de Agricultura, Ganadería, Mundo Rural y Medio Ambiente del Gobierno de La Rioja ha publicado hoy, 2 de septiembre, en el Boletín Oficial de La Rioja (BOR), la resolución por la que se adopta flexibilizar la siembra directa para la campaña 2025, como consecuencia de la consideración de circunstancia excepcional por la presencia de elevadas poblaciones de topillos campesinos, sobre todo en el valle del Oja-Tirón.
Desde el Servicio de Producción Agraria se ha elaborado un informe técnico que recoge la evolución de las poblaciones de topillo campesino y confirma la presencia excesiva de las mismas tanto en reservorios, como en cultivos, especialmente en la zona de Rioja Alta, que está afectando a cultivos como la judía verde y la zanahoria.
En paralelo a esta medida, desde la Consejería se traslada a los agricultores una serie de recomendaciones para afrontar una situación que, si bien no está provocando daños cuantiosos, sí está afectando a determinados cultivos.
Así, se detallan los sistemas de medidas de control, a través de prácticas culturales, control biológico o tratamientos rodentizidas en los que deberán utilizarse únicamente productos autorizados e inscritos en el Registro Oficial de Productos Fitosanitarios.
Estas medidas persiguen crear un entorno desfavorable para el desarrollo de los topillos, destacando la realización de cualquier labor de remoción del terreno. De forma excepcional para la campaña 2025, en las superficies acogidas a la práctica de siembra directa situadas en la comarca agraria Rioja Alta, se permitirá el laboreo vertical, sistema en que el arado no invierte la tierra, causando poca compactación, con pase de cultivador, chisel o grada de discos pequeños, siempre y cuando se cumpla con la obligación de mantener el rastrojo sobre el suelo, de manera que esté cubierto durante todo el año. Además, la Consejería para evitar esta situación, a partir de septiembre, recomienda la adopción de diversas prácticas para evitar que se traslade a otros cultivos como la colza o los cereales. Entre dichas medidas, se encuentran cosechar de forma que la altura del rastrojo quede lo más baja posible, retirar las pacas y cordones de paja a la mayor inmediatez posible, para evitar que el topillo encuentre protección y se resguarde bajo ellos, labrar lo más profundo posible, preferible con volteo, cualquier labor de remoción, por ligera que sea, presenta un resultado favorable.
Para las parcelas de regadío, se recomienda un manejo adecuado del riego que aporte beneficios en cuanto a la prevención de riesgos por topillo campesino. Cuando se observe presencia en alfalfas y otros cultivos herbáceos plurianuales hay que incrementar al máximo la frecuencia de los cortes, procurando dejar la cubierta vegetal lo más superficial posible, retirando lo antes posible el forraje.
Por último, en alfalfas de regadío, se insta a dar los cortes tratando de minimizar la superficie de las zonas sin segar por el propio sistema de riego, también fomentar el respeto a los depredadores del topillo (rapaces, comadrejas, zorros, cigüeñas, culebras) eliminando prácticas que puedan afectarlos e instalar cajas nido para rapaces, así como posaderos permanentes, ubicándolos en las proximidades de las parcelas de cultivo, así como en reservorios y vías de dispersión adyacentes.