Gracias a la denuncia del padre de una de las víctimas quien descubrió que su hijo, menor de edad, intercambiaba fotografías íntimas con una supuesta niña
Entre sus víctimas se encuentra un menor de nacionalidad estonia que se suicidó en 2008 por las presiones y amenazas recibidas para que continuase enviándole material pornográfico
Captaba a sus víctimas con técnicas de ingeniería social y a través de juegos online en distintas plataformas
Agentes de la Policía Nacional han detenido a un ciberacosador reincidente que hostigó en la Red a decenas de menores. Tenía más de 2.000 archivos pedófilos en un almacenamiento virtual. Gracias a la denuncia del padre de una de las víctimas los agentes iniciaron la investigación que permitió su arresto. Entre sus víctimas se encuentra un menor de nacionalidad estonia que se suicidó en 2008 como consecuencia de las presiones y amenazas recibidas para que continuase enviándole material pornográfico.
La investigación se inició a finales de septiembre de 2016, a raíz de la denuncia presentada por un padre que había descubierto cómo su hijo, menor de edad, intercambiaba fotografías de carácter íntimo con una supuesta chica, también menor de edad. Ésta, a su vez, hacía lo mismo con otros chicos menores del mismo entorno.
Las primeras investigaciones permitieron determinar que la supuesta menor era en realidad un adulto residente en una localidad de Cádiz quien, en 2009 y 2010 ya fue detenido por hechos similares. Paralelamente, los investigadores localizaron e identificaron a otras seis víctimas, todos menores de edad, tres de ellos residentes en Zaragoza y el resto en distintas localidades españolas. Con dos de estos menores intentó incluso concertar citas, aunque sin lograrlo finalmente.
Utilizaba distintos perfiles haciéndose pasar por adolescente
El investigado utilizaba distintos perfiles en redes sociales, bien haciéndose pasar por una chica de 14 años o por un chico de la misma edad. Se valía de técnicas de ingeniería social para captar a sus víctimas y lograr que confiaran en él para que le enviasen fotografías y vídeos de carácter sexual, enviando él también imágenes del mismo tipo. Por otro lado, utilizaba como canal de captación de víctimas los juegos online a través de distintas plataformas.
Una vez obtenidas evidencias digitales que demostraban la autoría de los hechos denunciados, los agentes se desplazaron a la localidad de residencia del investigado, en la provincia de Cádiz, procediendo a su detención, así como a la entrada y registro en su domicilio, donde se intervinieron de diverso material informático (smartphones, discos duros y consola de videojuegos). Los investigadores también pudieron comprobar que el detenido ocultaba el material pedófilo en un espacio de almacenamiento virtual, donde se localizaron más de 2.000 fotografías y vídeos de carácter sexual explícito de menores de edad.
En una segunda fase de la investigación y tras el análisis del material informático incautado, los agentes prevén la identificación de otras posibles víctimas por todo el territorio nacional, probablemente más de treinta, debido a la intensa actividad delictiva del arrestado.
Su acoso motivó el suicidio de una de sus víctimas
Cabe destacar la peligrosidad de este ciberacosador, quien en el año 2008 ya fue detenido por hechos similares, esta vez con víctimas de nacionalidad estonia, un menor llegó a suicidarse a raíz de las presiones y amenazas recibidas para que continuase enviándole material pornográfico. Todo ello motivó que las autoridades de dicho país solicitasen su detención en España. Lo ocurrido tuvo en su momento gran difusión internacional, debido a la gravedad de los hechos. Actualmente el arrestado ha ingresado en prisión.
En el mundo virtual, no todo el mundo es quien dice ser
Desde la Policía Nacional, a través de las charlas impartidas en colegios y centros educativos de toda España y en sus perfiles en redes sociales, se aconseja a los padres y menores tener presente unas pautas de prevención para evitar ser víctima de estos delitos.
Medidas que deben tomar los padres:
– El ordenador debe estar situado en una zona común del domicilio para poder supervisar el uso que hacen los menores de él y las páginas a las que acceden.
– Concienciar a los menores sobre la importancia del buen uso de las nuevas tecnologías, ya sea a través de ordenadores personales, teléfonos móviles, o cualquier otro dispositivo que permita el acceso a Internet y el contacto con desconocidos.
– Establecer reglas de uso de Internet y controlar los tiempos de utilización de los dispositivos para el acceso a la Red.
– Insistir a los menores para que no faciliten datos personales ni fotografías o vídeos a otros internautas a través de la Red, si no existe una completa seguridad sobre quién los va a recibir.
– Hablar con los menores de los riesgos que entrañan los chats donde se pueden poner en contacto con supuestos amigos que en realidad no lo son o con personas que se hacen pasar por menores para ganarse su confianza.
– Revisar las páginas que puedan ser perjudiciales para la educación y el desarrollo de los menores y alertarles sobre la existencia de contenidos inapropiados para su edad.
– Los menores no deben solicitar ningún tipo de producto sin la previa aprobación familiar a través de la Red.
– Existen programas de control a disposición de los padres, que filtran el acceso a determinados contenidos potencialmente perjudiciales para el menor.
Medidas a adoptar por los menores:
– Avisar inmediatamente a los padres si al navegar o al contactar con terceras personas detectan contenidos que puedan ser peligrosos o situaciones que les puedan parecer extrañas.
– No facilitar nunca datos personales a desconocidos a través de la Red.
– No enviar nunca fotos personales o familiares ni ninguna otra información sin la autorización de los padres.
– Si se va a quedar físicamente con alguien a quien se ha conocido a través de Internet, consultarlo siempre con los padres para que lo autoricen.
– Si otro internauta hace comentarios incómodos o molestos, comunicarlo inmediatamente a los padres.
– Tener en cuenta que en las redes sociales existe plena libertad para no reconocer como amigo a quien no se desee, no existiendo al respecto ninguna obligación por parte del menor.