Es lógico que, para obtener licencias de armas en Madrid o en cualquier punto de nuestro país, haya que superar una serie de pruebas que acrediten que la persona es apta para su posesión. Uno de los trámites más importantes establecidos por ley es el reconocimiento médico.
Para poder manejar una escopeta o cualquier arma de caza mayor, el Ministerio del Interior español establece como obligatoria la realización de estas pruebas de capacitación para poner adquirir un arma en establecimientos especializados como Armería Viaji. Lo mismo pasa con los vigilantes de seguridad y con todo aquel profesional que tenga que portar armas en su día a día. Es el caso también de los miembros de los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado.
Estos reconocimientos médicos incluyen una parte teórica para que el candidato demuestre sus conocimientos sobre armas, acerca de su cuidado y conservación entre otras cosas. También hay que estar al tanto del Reglamento de Armas y demostrar habilidad para manipularlas. Esta última es una prueba de tipo práctico. Cada parte del reconocimiento se califica de forma independiente determinando si la persona es apta o no apta. El resultado ha de quedar reflejado en un acta redactada por el tribunal de capacitación correspondiente para otorgar licencias de armas en Madrid.
En cuanto a la parte teórica, es preciso contestar correctamente al menos a 16 preguntas de las 20 que hay. Es obligatorio superar esta parte para poder hacer la práctica. Existe un plazo de 6 meses para presentarse a esta segunda parte que se realiza en campos o polígonos autorizados por ley. Este es el momento decisivo en el que se comprueba la habilidad del candidato en el manejo de armas. En estos casos se usan armas de curso legal propiedad del centro de formación al que se asista.
Toda persona cuyas condiciones psíquicas o físicas le impidan utilizar un arma de forma segura no podrán obtener o renovar el permiso de armas en Madrid. En la exploración médica, se examinan cosas como la movilidad general, los oídos, las extremidades o la vista. En este último caso se atiende a cuestiones como la agudeza visual , la visión tridimensional y el campo visual. Por supuesto, se comprueban también los reflejos, condición elemental para evitar accidentes en el manejo de armas.
El candidato ha de someterse además a una exploración psicológica. Se valoran cuestiones como la inteligencia, la memoria y la personalidad. También la aptitud perceptivo-motora y el comportamiento ante la toma de decisiones. En el caso de que se padezca alguna enfermedad, se ha de tener un buen control del tratamiento y con las revisiones periódicas. Obviamente, las enfermedades que provocan alteraciones mentales o de conducta son las que mayor probabilidad tienen de resultar incapacitantes para el manejo de armas.