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Las «fake news» de la era Trump se cuelan en la Feria de Fráncfort

 El fenómeno de las noticias falsas no es nuevo: su aparición se remonta al siglo XVII, cuando el bajo precio del papel favoreció la circulación de panfletos que difundían información no siempre verificada. Pero, al […]

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El fenómeno de las noticias falsas no es nuevo: su aparición se remonta al siglo XVII, cuando el bajo precio del papel favoreció la circulación de panfletos que difundían información no siempre verificada.

Pero, al calor de las redes sociales y fomentadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, las «fake news» (noticias falsas), han resurgido con ímpetu y viven en la actualidad su momento de mayor fulgor.

«Estudios recientes revelan que la gente entiende que existe una definición para las ‘fakes news’ antes de la era Trump y otra para después de la era Trump», explica Heather Harris, editora ejecutiva de la agencia de noticias Bloomberg, durante un debate celebrado en la Feria del Libro de Fráncfort en el que también participan otros dos responsables de este conglomerado de medios estadounidense.

«En el pasado, este concepto se entendía más bien como la manipulación de las noticias con propósitos comerciales. En la época de Trump, la gente entiende que son noticias que no se ajustan a la realidad», añade.

En tiempos convulsos en los que el discurso es más agrio y la sociedad se ha polarizado, la principal cita de la industria editorial en el mundo dedica una especial atención al fenómeno que emborrona el relato del presente.

Reunido en la ciudad alemana hasta el domingo, el sector del libro se reivindica como garante del entendimiento, de la diversidad de opinión y de la información veraz mientras intenta comprender, de la mano de periodistas experimentados, cuál es el alpiste que alimenta al monstruo.

¿Por qué triunfan las «fake news»? ¿De dónde proceden? Las preguntas al respecto se suceden mientras que los bulos parecen imparables.

«Durante las elecciones de Estados Unidos se investigó la procedencia de estas falsas informaciones. La idea que prevalecía era que detrás se escondían intereses políticos, pero se dieron cuenta de que lo que había eran páginas que querían hacer dinero», cuenta Matthew Miller, corresponsal en Berlín de Bloomberg TV.

«Se dieron cuenta de que cuánto más partidistas y más descabelladas eran las noticias que posteaban, más clicks conseguían y más aumentaban sus ganancias. Lo hacían por lograr beneficios, no había un motivo político», señala.

En los últimos tres meses, Trump ha utilizado en medio centenar de ocasiones las palabras «fake news» en su cuenta personal de Twitter. Sus ataques a los medios tradicionales también han sido continuos desde (y con anterioridad a) su entrada en el Despacho Oval.

«La estrategia que usa la Administración Trump es: toma algo que crees que la prensa puede usar contra ti y dale la vuelta para poner el foco sobre ella», asegura Miller.

La red social de microblogging se ha convertido en la gran aliada y en el soporte de noticias que poco o nada tienen que ver con el periodismo serio.

«En Estados Unidos la gente se informa mayormente a través de las redes sociales, hay quien se informa exclusivamente a través de lo que otras personas cuelgan en Twitter. En Europa, en Alemania, es diferente, no está tan extendido. Aquí hay una canciller, Angela Merkel, que no tiene una cuenta de Twitter», razona por su parte Chad Thomas, director de Bloomberg en Alemania.

En Europa, los medios tradicionales siguen llevando mayormente la batuta de la información y la tendencia de las «fake news» está menos arraigada que al otro lado del Atlántico.

No obstante, el viejo continente no goza de inmunidad en un mundo globalizado que favorece que una noticia falsa se propague en tiempo récord animada por bots y demás «espíritus» de internet.

El gran problema hoy en día, concluye el trío de periodistas estadounidenses, se da en el momento en el que la sociedad empieza a pensar que todo son «fake news». «Y, a medida que la gente se informe con mayor frecuencia a través de mentiras y de redes sociales, estará menos dispuesto a creer a medios como el ‘Washington Post’ o la BBC», subrayan.

La edición 69 de la Feria del Libro de Fráncfort, el mayor escaparate editorial a escala global, se celebra en la ciudad natal de Goethe hasta el domingo.

En ella se dan cita hasta 7.000 expositores de más de un centenar de países del mundo y se celebran hasta 4.000 eventos -entre lecturas, conferencias, foros de discusión y presentaciones- que buscan saciar la sed de narrativa de cerca de 300.000 visitantes.

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