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El PSOE vuelve a asustarse en Navarra y no avala las negociaciones de María Chivite con Geroa Bai, I-E y Podemos

Pedro Sánchez, al igual que otros líderes anteriores socialistas, se asusta ante las presiones lanzadas a nivel nacional con portadas como las de ABC asegurando que «Navarra está en venta» o las filtraciones sobre las […]

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Pedro Sánchez, al igual que otros líderes anteriores socialistas, se asusta ante las presiones lanzadas a nivel nacional con portadas como las de ABC asegurando que «Navarra está en venta» o las filtraciones sobre las conversaciones de Zapatero con ETA pretenden cortocircuitar un gobierno de progreso en Navarra como ya pasó en 2007 y el PSOE no avalará las negociaciones de Chivite con Geroa Bai, I-E y Podemos

El PSOE vuelve a activar el famoso «agostazo» de 2007 en el que se paralizó la posible llegada de los socialistas navarros al poder en Navarra con el apoyo de los partidos nacionalistas.

En esta ocasión, la derecha navarra se vuelve a frotar las manos ante lo que sugiere el PSOE nacional con Pedro Sánchez a la cabeza, sabiendo que pueden volver al poder con la abstención socialista.

Así, según ha publicado el digital El Confidencial, estarían haciendo mella en la dirección socialista las presiones lanzadas a nivel nacional por formaciones como el PP o Ciudadanos (los mismos que acusan a Sánchez de haberse vendido a los independentistas) y de destacados periódicos de derechas con portadas como las de ABC asegurando que «Navarra está en venta» o las filtraciones sobre las conversaciones de Zapatero con ETA pretenden cortocircuitar un gobierno de progreso en Navarra como ya pasó en 2007.

En este caso, se da la circunstancia de que el mismo Pedro Sánchez fue investido con los votos de EH Bildu en el Congreso, algo que parece haber olvidado la dirección socialista quien teme que esto le dificulte la gobernabilidad en otros lugares de España, donde los pactos dependen de la formación naranja (quien ya ha asegurado en todo caso que su preferencia es por el PP de Pablo Casado). Una formación naranja que, presumiblemente, aceptará los votos de VOX para gobernar en diferentes puntos del Estado.

De esta forma Ferraz habría mostrado su contrariedad a la apertura de una ronda de contactos de María Chivite con formaciones como Geroa Bai, Podemos e I-E, aunque de momento ésta se mantiene.

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