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Antonio Bautista Domínguez invita a sus lectores a revivir aquellos veranos de los setenta en su libro, ‘1971. De Poniente a Poniente’

CÍRCULO ROJO.- Las propias vivencias son la mejor inspiración para cualquier libro, por eso, Antonio Bautista Domínguez se ha inspirado en sus veranos...

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CÍRCULO ROJO.- Las propias vivencias son la mejor inspiración para cualquier libro, por eso, Antonio Bautista Domínguez se ha inspirado en sus veranos de la niñez para llevar al lector en un viaje por aquellos años en los que el coche se llenaba de maletas e ilusión, camino al mediterráneo.  

Publicada en Círculo Rojo, Grupo Editorial, el lector va a encontrar, según las palabras del autor, “un intento de explicar realidad de lo que fueron aquellos años. En el prólogo del escritor doy algunas pistas sobre lo que he intentado transmitir al lector. A través de las vacaciones de las tres familias protagonistas del libro se visualiza un mundo completamente diferente a la imagen que hoy se tiene del tardo franquismo”. 

SINOPSIS

«1971 fue el año en el que Joan Manuel Serrat en su exilio mexicano compuso Mediterráneo, la mejor canción española de todos los tiempos. Mediterráneo no solo era un espacio físico de Algeciras a Estambul, también era la ilusión de tener una propiedad cerca del mar para aquella generación de españoles que se mataron a trabajar después de una durísima posguerra, muchos de los cuales todavía no lo conocían».

Este párrafo nos introduce en las vacaciones de verano de 1971 de las tres familias vallisoletanas protagonistas del libro. Cada uno de los progenitores tiene un pasado, una forma diferente de ver la vida y de educar a sus hijos, y estos a su vez son completamente distintos, lo que compone un mosaico de personalidades. La adquisición conjunta de tres apartamentos en la misma urbanización de la playa de Poniente de Benidorm origina toda una serie de aventuras cruzadas, a las que se van sumando otros personajes que se van incorporando a sus vidas. Después de describir a los protagonistas, la historia empieza siete días antes de viajar a la playa, para acabar con su destino final. 

De Poniente a Poniente trata de ser un fresco de aquella España, una mirada limpia y nostálgica hacía aquellos maravillosos años en los que todo estaba por descubrir para los jóvenes españoles que hoy se encuentran entre las cinco y seis décadas de existencia. El libro describe un tiempo de tránsito, el cambio de una España rural y atrasada al mundo moderno de las vacaciones pagadas. También es un homenaje a nuestros padres, niños de la posguerra que dieron todo por sus hijos cuando fueron adultos. Y a los abuelos que, tras luchar en una cruenta guerra civil entre hermanos, fueron capaces de encontrar la reconciliación con la llegada de la democracia. A pesar de las estrecheces que les tocó vivir, ninguna de estas generaciones sabía lo que era quejarse ..., igualito que lo de ahora. 

Sirva su ejemplo en estos tiempos infames de tráfico de huesos y de considerar a unos buenos y a otros malos, cuando todos fueron igual de buenos e igual de malos. 

Su única aspiración era la de tener la fiesta en paz mirando al mar desde su nueva casita cerca de la playa.

AUTOR 

Natural de Ocaña (Toledo) y residente en Valladolid desde hace muchos años por motivos de su trabajo en una entidad financiera, se siente «ocañense hasta la médula, pero muy feliz en Castilla y León», cuyas provincias conoce bien. No le gusta que «a los castellanos se les echen encima unos prejuicios sobre una supuesta seriedad que son mentira. Son gente extraordinaria». 

Su madre, maestra de EGB, despertó su afición por la lectura, igual que algún profesor de Literatura del colegio Melchor Cano de Tarancón, donde cursó estudios primarios. Nunca olvidará lo que le dijo un cliente cuando acababa de ser padre: «Lo mejor que puede hacer por sus hijos es enseñarles a que encuentren placer en leer. En los libros está la esencia de las personas, lo más noble o despiadado de Cervantes, Shakespeare o Borges está en sus obras». Conocer a tanta gente por su actividad le ha resultado fundamental a la hora de componer sus personajes, también el haber vivido mucho, «me lo he pasado de puta madre». Ante todo, se considera un lector compulsivo de todo lo que cae en sus manos, «desde Marcial Lafuente Estefanía hasta el Ulises de Joyce. Bastante desordenado, eso sí». Colecciona libros de tauromaquia, a la que es muy aficionado, y sobre otro tema que le apasiona: la Guerra Civil española.

Cree que autopublicando ha cumplido un sueño y que escribir le ha resultado «muy gratificante, pero a la vez durísimo. Lo más difícil que hay es la sencillez». 

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