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Los Premios CECA reconocen el proyecto de Desensibilización Sanitaria del centro Isterria de Fundación Caja Navarra

Esta iniciativa consigue el galardón en la categoría de Acción Social

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  • Premios CECA

El centro Isterria de Fundación Caja Navarra ha sido reconocido por la CECA en la edición de 2024 de sus premios en la categoría de Acción Social. El proyecto de Desensibilización Social que lidera este centro de educación especial trabaja para mejorar el acceso de las personas con discapacidad intelectual a la atención sanitaria. A través de esta iniciativa, se logra que las consultas sean lo más efectivas posibles para todas las partes: las propias personas con discapacidad intelectual, sus familias y los profesionales sanitarios.

Este proyecto se encuentra perfectamente alineado con el Plan Estratégico de Fundación Caja Navarra, ya que supone una iniciativa innovadora, pionera y basada en las alianzas, ya que cuenta con la participación de la UPNA y de profesionales de la sanidad pública. Así mismo, muestra la solvencia profesional del equipo de Isterria y pone en el centro a las personas que realmente lo necesitan, dado respuesta a un reto de nuestra sociedad.

Este proyecto de Desensibilización Sanitaria ya fue reconocido en 2022 por el Gobierno de Navarra con el III Premio de Innovación Social. Por su parte, CECA también reconoció el pasado año a Fundación Caja Navarra en la categoría de Acción Social con el proyecto de comunicación Inolvidables, que da visibilidad a crisis humanitarias olvidadas.

Desensibilización sanitaria

Esta iniciativa surge de la detección por parte del equipo profesional de Isterria de las dificultades de acceso de su alumnado a la atención sanitaria, con muchas experiencias de fracaso cuando acudía a una consulta. Para invertir esta tendencia, se comenzó a pensar cómo preparar al alumnado y a sus familias, así como formar a los profesionales para que la atención fuese mejor. Posteriormente, se forma a los nuevos graduados de Ciencias de la Salud para que entiendan esta problemática y vayan conociendo cuáles son sus cualidades, sus características, para afrontar ese proceso terapéutico paciente-médico de una manera mucho más eficaz. 

Así mismo, se aplica un “pasaporte sanitario”, un documento en el que vienen las características de la persona con discapacidad que va a la consulta. El profesional la estudia y así puede hacer el abordaje previo con mucha más eficiencia. La evaluación de la iniciativa con las familias ha sido positiva y que los profesionales creen que les puede ayudar. El reto actual está en colaborar con el sistema sanitario para volcar esa información en la carpeta de salud de cada persona.
 

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