Pablo Casado ha recordado en su intervención antes de ser elegido presidente del Partido Popular su vibrante actuación durante la rueda de prensa que dio en la puerta del Ayuntamiento de Pamplona colocándose la siempre agradecida muesca en su biografía política de haber sido «casi apaleado por los radicales» en San Fermín
Pablo Casado ya es presidente del Partido Popular. Los compromisarios han votado y han dado el poder a uno de los contendientes ante la poco carismática Soraya Sáenz de Santamaría. Casado ha conseguido el 57% de los votos frente al 43% de Santamaría. El favorito de Aznar vence al favorito de Rajoy.
Un presidente con su oscuro máster a las espaldas, que tendrá que lidiar con los casos de corrupción que azotan a un partido que debiera, antes de elegir candidato y presidente, desinfectarse por dentro. El PSOE tuvo sus cloacas y el PP también. No hay más que mirar los tribunales para hacerse una idea de lo profunda que debe ser la desinfección.
Por otra parte y como detalle a lo que viene, curiosa alusión de Pablo Casado a su estancia en Pamplona durante San Fermín recordando «el casi apaleamiento en la plaza del Ayuntamiento por defender la libertad de poder decir que los navarros no queréis ser el anexo de cualquier otro territorio, que la Navarra foral tiene historia para seguir como está» lo que levantó una gran explosión de aplausos.
Un comentario que flaco favor hace a unos Sanfermines malamente linchados por otras circunstancias a los que unas palabras como las que dice Casado se unen a este linchamiento mediático con unas fiestas sin igual.
Lo que ocurrió en Pamplona ese día no es lo dicho por el ahora presidente del PP ya que, cierto es, que recibió abucheos de las personas que disfrutaban del cuarto día de San Fermín en pleno centro neurálgico de la fiesta, pero cierto es también que nadie le quiso agredir. Es como si un seguidor del Real Madrid se va con su camiseta, lícitamente, a la fanzone del F.C. Barcelona durante una final de Champions. Derecho tiene, por supuesto, a hacer lo que quiera pero que no va a ser bien recibido también lo sabe previa y perfectamente.
Si vas a buscar la muesca del «ataque borroka» para la campaña electoral sabes que lo vas a conseguir de forma segura apareciendo en una rueda de prensa «express» que tranquilamente podía haberse desarrollado en la sede del PP de Navarra, muy cerca, por otra parte, del Ayuntamiento de Pamplona.
Una forma de actuar y una forma de buscar curiosas heroicidades para un currículum todavía muy «vacío» a pesar de su próximo cargo.
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